Wednesday, October 01, 2008

Un nuevo camino?

Estaba cansado de todo. Se dió cuenta al despertar. Necesitaba un cambio. Sin planificar, sin pensar, sin avisar a nadie. De siempre había tenido sueños, ilusiones para su vida, pero ésta le fue devolviendo cada uno de ellos en forma de bofetada. Y ya estaba harto.

Se levantó despacio, no quería despertarla. Ella no tenía culpa de nada. Tan sólo había elegido a la persona equivocada para compartir su vida. Pero no se sintió culpable. Sabía que encontraría a alguien que sí mereciera la pena. Alguien que aún mantuviera la fantasía necesaria para abordar este tiempo que nos dan sin pedirlo y que llamamos vida. Alguien que no fingiera ilusión, sino que la sintiera de verdad. La miró dormida... era preciosa... su flequillo caía por su cara... con un dedo se lo retiró para besar su frente... a punto estuvo de volver a la cama y olvidar estos pensamientos, como había hecho tantas veces. Pero sabía que eso sólo sería engañarse un día más. Y ni él ni ella se merecían algo así.

Pensó qué llevarse... ¿hacer una maleta? ¿para qué? ¿para llevarse consigo recuerdos que no quería tener? ¿para llevar peso en su nueva andadura?. Decidió que le valía con coger sus viejos vaqueros, dos camisas, algo de muda, su neceser (la higiene no estaba reñida con una nueva vida), su guitarra (la compañera que nunca le hábía fallado, podía estar meses sin saludarla... que cuando volvía a ella y la acariciaba suspiraba y gemía como el primer día, como diciendo "ummm cielo... te echaba de menos... pero te sabía que volverías). También cogió su Ipod ¿qué sentido tendría emprender un camino sin la otra amiga que tampoco le había abandonado nunca? y estuvo tentado de agarrarar el móvil pero no lo hizo. Sabía que si lo hacía no podría empezar de cero. Demasiada gente tenía su número y no quería saber nada de ellos. No por nada en especial. Era algo egoista, era tener ganas de pensar sólo en él y no saber si alguien lo echaba de menos.

Tras vestirse y poner todas estas cosas en su mochila, antes de salir por la puerta que no quería volver a atravesar se giró. Y allí estaba ella. Mirándolo. No necesitaba decirle nada. Le conocía demasiado para no saber lo que él estaba a punto de hacer. Pensó en hablarle... en pedirle que se sentara. Que dejara la mochila... Pero sabía que no valdría de nada... Su frase había sido siempre "mientras quieras estaré a tu lado. Sin compromisos. Sólo dime "ya no quiero" y despareceré". Pero nunca pensó que él fuera capaz de hacerlo sin una nota, sin una frase...

El tiempo pareció detenerse. Él dudó. Tenía clarísimo que si abría la boca... si acercaba su mano, si la abrazaba... no sería capaz de dejarla... La miró a los ojos... ella le mantuvo la mirada..."¿por qué cielo?" El pensó mil frases a la vez "porque te mereces algo mejor" "porque no siento que te emocione" "porque no quiero quitarte la ilusión" pero vió que todas esas frases ya habían sido dichas por infinidad de personas antes de abandonar a otra. Y se dió cuenta de que eran falsas. El motivo era "porque no tengo fuerzas para continuar" "porque en realidad sólo estoy pensando en mí sin tener en cuenta el sentimiento de otros". De gente que se había desvivido por él en tantas ocasiones que no podía enumerar todas... se dio cuenta de que todo era puro egoismo... "porque siento haber olvidado la forma de hacerte feliz"... no por su felicidad... sino porque él se sentía pleno cuando la veía sonreir... lo dicho... puro egoismo... y tenía muchos defectos, pero el egoismo nunca había sido el mayor de ellos.

La mochila se abrió al tocar el suelo... la guitarra siguió en su hombro (veis como nunca nunca le fallaba?)... y dándose cuenta de que ella tampoco le había fallado nunca, cayó de rodillas rompiendo a llorar...